miércoles, 23 de marzo de 2011

LA GUERRA FRIA.- Un mundo bipolar.

Una guerra injusta envuelta en mentiras

Una guerra se define por sus metas políticas. La invasión estadounidense de Vietnam fue una guerra injusta,una guerra de conquista cuya meta era quebrantar la voluntad de un pueblo oprimido e imponer la dominación extranjera. Estados Unidos quería cercar a China e impedir que la revolución maoísta se extendiera y tumbara gobiernos opresivos "como dominós" en Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas. Quería la libertad de explotar a centenares de millones de seres humanos de la región por todos los medios necesarios. La guerra también pasó a ser parte de la contienda imperialista con la Unión Soviética.
La guerra de Vietnam llegó envuelta en mentiras. Washington dijo que defendía a un aliado democrático, Vietnam del Sur, de una invasión desde el norte; pero en realidad los vietnamitas son un solo pueblo y llevaban muchas décadas luchando por la liberación y la unidad nacional: de los colonialistas franceses, los japoneses, otra vez los franceses y, en los años 60 y 70, Estados Unidos.
El presidente Dwight Eisenhower impidió que se celebraran elecciones en el sur de Vietnam e impuso una dictadura. Admitió sin pelos en la lengua que la gran mayoría de los vietnamitas hubieran votado por el dirigente revolucionario Ho Chi Minh si les hubieran dado la oportunidad.
Cuando la guerra revolucionaria se extendió a todo el sur del país a comienzos de los años 60 y puso en peligro el gobierno títere, Estados Unidos inventó un pretexto (el incidente del golfo de Tonkín) para despachar tropas.
Los terribles crímenes que cometió Estados Unidos en Vietnam fueron una consecuencia de la naturaleza de la guerra.

Guerra en Vietnam

El 16 de marzo de 1968, una compañía de soldados estadounidenses entró a la aldea de My Lai 4 en Vietnam. Más tarde un soldado dijo:
"Nos ordenaron matar y destruir todo lo que encontráramos en la aldea. Nos dijeron claramente que no debíamos tomar presos".
Otro soldado describió lo que pasó:
"No hubo resistencia. Solo vi tres armas y no sufrimos ni una sola baja. Era igual a las demás aldeas vietnamitas: ancianos, mujeres y niños. Creo que en toda la aldea no vimos un solo hombre de edad militar".
Empezaron a masacrar a los aldeanos. Después un soldado dijo: "Había una anciana en una cama y un monje vestido de blanco le rezaba… El teniente Calley lo arrastró afuera y le dijo algo. Parecía que el monje rogaba que no lo matara. Calley lo empujó hacia el arrozal y le disparó a quemarropa".
Les ordenaron empujar a todos los vietnamitas a una zanja. Un soldado explicó: "Empecé a dispararles y creo que maté a unas 25 ó 20 personas… hombres, mujeres y niños. Hasta bebés". A un bebé que salió a gatas de la zanja lo agarraron, lo tiraron de nuevo a la zanja y le dispararon.
Hicieron lo mismo por toda la aldea. Quemaron las chozas y los cultivos, y mataron el ganado. A algunos aldeanos les rayaron "Compañía C" en el pecho; a otros los destriparon. A las mujeres las violaron. Un soldado dijo:
"No era difícil encontrar gente para matar, estaban por todos lados. Les corté la garganta, las manos, la lengua y el cuero cabelludo. Muchos soldados lo hacían y yo lo hice también".
La masacre de My Lai solo se filtró debido a unos soldados que se esforzaron por darla a conocer.
El teniente Calley fue el único condenado por las barbaridades cometidas en My Lai. A pesar de que lo condenaron de asesinar a más de 100 vietnamitas desarmados, ¡solo pasó dos días en la cárcel! El presidente Richard Nixon mandó que pasara el resto de la sentencia bajo arresto domiciliario, en un apartamento en el cuartel Fort Benning, donde cocinaba, recibía invitados, veía la televisión y salía a hacer compras (acompañado de policías militares). Lo pusieron en libertad tres años más tarde y recibió un montón de dinero dando discursos a grupos derechistas.